Cuando se trata de mi no hay excusas que valgan, ni preguntas, ni respuestas, ni nada que me detenga. Cuando el foco soy yo, lucho contra mil tormentas, busco el barco más rápido y me adentro a la mar. Si necesito algo, de verdad, lo consigo. Si me preocupa algo, de verdad, lo expreso. Si quiero compartir mis alegrías más puras, las comparto. No hay nada que me pare ni nadie que me detenga porque para mi la primera soy yo y los demás esperar.
Parezco egoísta pero al contrario, ¿si yo no estoy bien como puedo ayudar a que los demás lo estén? Esta es la razón vital por la que debemos cuidarnos a nosotros mismos primero, simplemente para poder luego sanar a los demás. Así de fácil.
Si después de leer esto piensas que no te cuidas suficiente o que sientes que te quedas sin fuerzas date un capricho. Dedicate unos minutos para ti, para cuidarte, amarte, curarte. Haz lo que más te apetezca porque puedes y quieres. La más o el más importante eres tu.