Querida rodilla, este post es para ti.

Hace un año, exactamente justo ahora, estaba yo sentada en la sala de espera de Sant Joan de Déu, hospital para niños de Barcelona… Me dolía la rodilla, dolía y mucho; yo estaba cansada, frustrada conmigo misma y enfadada con mi padre por no querer llevarme al hospital después de que me dijeran en la Dexeus que estaba bien. Me dolía mucho, cierto, pero aún me dolía más el corazón.

Hace un año, exactamente justo ahora, no sabía si me iban a pinchar para sacar el líquido, no sabía si podría volver a esquiar, no sabía si podría volver a jugar al deporte que amo.

Hace un año, exactamente justo ahora, se me partió el alma, se me rompió el mundo y empezó un periodo de lloros, gritos, cambios y frustración, pero también un año de nuevas oportunidades, nuevas experiencias y nuevos amigos.

Gracias Rodilla por marcarme el límite, gracias rodilla por avisarme a tiempo, gracias rodilla por hacerme más fuerte. Gracias por romperme en mil pedazos para volverme a construir, gracias por proporcionarme tiempo libre para relajarme, gracias por ver que no llegaba a todo, gracias por hacerme llorar hasta caer dormida. Gracias rodilla por animarme a hablar con Rafa para participar en la copa como cronista, gracias rodilla por empujarme a preguntar sitios donde bailar, gracias rodilla por los masajes recibidos en el fisio. Gracias rodilla por los primeros pasos sin dolor, las radiografías inciertas y la alegría al salir de la consulta cuando me dieron la buena nueva. Gracias por las tardes en el fisio con Sandra, Inés, Gerard y todos aquellos con los que compartí risas y preocupaciones. Gracias por el día en que volví a pisar la cancha tras seis meses de abstención, gracias por el momento en que me puse las bambas de nuevo y supe que todo iba a ir bien. Gracias por las fiestas en la playa, el footing por las mañanas, los saltos en la piscina y las caminatas calurosas. Gracias por ser mi rodilla derecha, por ayudarme a tomar decisiones, por proporcionarme una nueva visión.

Gracias rodilla por estar bien, gracias por poder andar, correr, jugar, saltar, bailar, nadar, esquiar, hacer fotos, sostenerme… Gracias por ser tan magnífica y tan fantástica que te has regenerado tu solita; bueno, mejor dicho, las dos juntitas. Gracias, gracias y mil gracias.

¡Cuenta conmigo!

Ann Rubio Dia a dia , , ,

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *