Darse cuenta de ti y de mi, difícil lo acepto. Te miro, me miras y sigues tu rutina, ¿cuesta tanto entenderlo? Sigo esperando a que te des la vuelta, sonrías y me cojas la mano. Sigo aguardando a que un día me invites a conocer más de cerca tu mundo.
Esta mañana me has visto, a mi, a la Ellet verdadera, pero no parecías muy sorprendido. ¿Eso es bueno o debo preocuparme, que te parece echarme una mano? Andaba descalza, cantaba alegre, era feliz porque a nadie temía. Tantos secretos y palabras ocultas, estoy cansada de jugar siempre al mismo juego.
Sabes, siempre he pensado que eras especial, pero empiezo a comprender que quizá era todo un sueño. Quiero que sepas que la parada está cerca, me subo al próximo tren y te mando un saludo desde Vietnam o desde Grecia, quizá Canadá, puede que Argelia. No quiero que creas que está todo en tus manos, primero voy yo, nunca lo olvides, pero se que si actúas espero al siguiente y quizás, en el mejor de los casos, no subo a ninguno.
Vivir en la Tierra empieza a cansarme, deseo saber que encontraré ahí fuera. Supongo que quiero verlo de nuevo, tanto tiempo intentando lograr un milagro sin que este aparezca. No todo es tan fácil, hay mucho de mi que aun no sabes y no es porque yo no quiera, sino porque tu no te enteras.
Nos vemos mañana, a lo mejor es el día, no tengas miedo soy toda tuya. Pero, por favor, si estoy equivocada y estás bien con tu vida, házmelo saber sin ridiculeces ni mentiras.
Elett