Hace muchos años, en Barcelona, vivía una chica llamada Ana. Ella iba a cambiar mi vida. Ana era una chica diferente a las demás porque tenía poderes especiales, pero no lo sabía. Era alta y fuerte, tenía unas piernas largas y musculosas y unos brazos admirables. Su pelo castaño con  mechitas rubias le llegaba hasta la cintura y sus ojos marrones verdosos demostraban mucho sentimiento. Siempre lucía una bonita sonrisa. Era una chica feliz sin demasiados problemas hasta que esas navidades descubrió…

Ese años yo empezaba la secundaría en el mismo colegio que ella. Desde el primer día tuvo muchos amigos, y yo tuve la suerte de ser uno de ellos. Nos tocaron las mismas clases y los dos juntos superamos muchos problemas. Lo que no sabíamos era que tendríamos otro aún mayor. Pasaron los días y cada vez me enamoraba más de ella, cuando la veía se me aceleraba el corazón. Por eso cuando llego la navidad y nos invitó a su casa, a Sara, Eva, Pablo y a mí, Carlos, en nochebuena, fui el primero en aceptar encantado. Todos estábamos súper contentos y emocionados, no sabíamos que iba a suceder algo que le cambiaría la vida a Ana y nosotros seríamos testigos.

Como decía, ese día me puse mi ropa favorita, a Ana le encantaba, me peiné y mi madre me llevo a su casa. Fui el primero en llegar, Ana me estaba esperando. Subimos a su habitación, yo me puse muy nervioso, suerte que no se dio cuenta. Estuvimos charlando y riendo hasta que llegaron los demás. Cenamos todos juntos en el comedor y nos dimos los regalos de navidad. Más tarde jugamos, reímos, cantamos, vimos una peli, montamos un show (parecido a la voz pero con villancicos) y nos lo pasamos  “bomba”. Sus padres se fueron a la misa del gallo y nosotros nos quedamos en casa.

Todo iba perfecto hasta que llamaron a la puerta. Ana bajo a ver quién era y no sé qué le dijeron pero abrió. Como tardaba mucho bajamos a curiosear y los que vimos se nos quedó gravado. Ana se había convertido en un hada de la navidad guapísima. No sé qué me sorprendió más, verla así o descubrir que las hadas existían, nos quedamos parados. Ninguno sabía lo que pasaba ni siquiera ella. Por suerte unos de eso señoritos nos lo aclaró todo contándonos una historia.

Hace muchos años, cuando la navidad aún no existía, nació la hija de la luna. Era hermosa y se llamaba Ana, pero como que era humana no pudía vivir con su madre en el cielo. La enviaron a la tierra donde se crio con unos reyes maravillosos a los que llamó padres. Creció feliz, se casó, tuvo hijos, nietos… pero nunca olvido a su madre la luna. Cuando Ana murió se fue con su madre, la luna, al cielo. Sus hijos y nietos hicieron una gran familia, todas las primogénitas se llamaban Ana y tenían los poderes especiales de la luna, y a poco a poco los descendientes fueron esparciéndose más. Desde hace unos años la luna esta malita y sin ella no puede haber navidad. Solo una Ana con su misma sangre y poderes puede curarla, por eso hemos venido a por Ana.

Ese fue el principio de una noche de aventuras que hicieron más fuerte nuestra amistad.

Ann Rubio Narrativa , ,

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