Había una vez, una chica preciosa llamada Meredith, era atenta, guapa, cariñosa… Era perfecta. Todo aquel que estaba junto a ella era feliz, bueno, todos menos yo. ¿Pero, sabéis porque? – Respiro, miro al público y me preparo para el efecto sorpresa y, justo en ese instante ocurre lo inevitable.

pip…….. pip……… pip…….. pip………

Llevo exactamente 36 días y nueve horas en coma y los médicos no saben aún si me voy a despertar. Mi madre viene todo los días y me habla, me cuenta que tal le va la vida y me pide que me despierte, después come conmigo y luego se va. La echo de menos, mucho. Añoro los días en que reíamos juntas mientras preparábamos mis actuaciones, las tardes que compartíamos en la panadería de la esquina, echo de menos todo lo relacionado con ella, pero sobre todo, echo de menos su sonrisa. Esa maravillosa sonrisa que me alegraba los días malos, esa sonrisa que siempre significa que algo bueno iba a ocurrir, esa sonrisa que yo mismo he heredado y que también forma parte de mi. La echo de menos, ¿sabes? Tantos días sin ver, sin hablar, sin moverme. Tantas lágrimas que he presenciado. Estoy harto, quiero volver a casa.

Por las tardes siempre viene él, sé que lo conozco pero no me acuerdo de que. Viene, se sienta y me mira, y así día tras día. No comprendo que busca, que espera. ¿A qué me despierte? Siento que estoy unido a él de alguna forma, que le debo algo, pero no se el que. Muchas veces los médicos entran para cambiarme y no se dan cuenta de que está, lo atraviesan y siguen su camino sin ni siquiera notar su presencia. Es extraño, muy extraño.

Mi actual problema es que aun no recuerdo que me paso, no comprendo como he llegado hasta aquí, debió ser un golpe muy duro porque sino no estaría donde estoy. Hay veces que lo veo, esos ojos nunca los voy ha olvidar. Siento su mirada en mi piel, veo que me odia y no se muy bien porqué. Hay días en los cuales veo hasta el arma que usó, un microondas y un espejo. ¿Había una bomba atómica con radiaciones? No lo sé, y no creo que nunca llegue a saberlo, al menos mientras esté aquí.

pip…….. pip……… pip…….. pip………

¿Otra vez? El mismo sonido, cada mañana, cada noche, en todo momento. El mismo pitido cada hora y cada minuto, no puedo más, lo estoy empezando a aborrecer. Esta vez he dormido tres días seguidos, por lo que llevo ya unos 39 en este estado. Presiento que hoy será diferente, espero que tenga suerte. De momento acaba de llegar mi madre, me ha abrazado y me ha susurrado buenos días al oído. Ahora me está contando un encuentro extraño que ha tenido con un desconocido en la frutería pero he perdido el hilo. De repente han aparecido de la nada más imágenes, un pelo oscuro y una boca curvada agresivamente. También le he visto el tatuaje, una serpiente con el ojo rojo y brillante en el bíceps del brazo derecho. Esto es muy raro, ¿que me está pasando? ¿Me estoy volviendo loco?

  • Y si, como te estaba diciendo, en el momento en que se agachó para ayudarme con las naranjas se le subió la manga de la camiseta y le vi el bíceps. ¡Vaya brazo más enorme! Me lo he quedado mirando embobada hasta que él se ha dado cuenta y se lo ha tapado, que escena más embarazosa. Creo que el señor se ha incomodado porqué el tatuaje que llevaba era un tanto agresivo para ser mostrado, una serpiente con el ojo rojo y brillante. Daba mucho miedo.

Monólogos como este todas las mañanas. Siempre me trae una historia diferente, yo creo que provoca que le pasen todas estas cosas a propósito para que así tenga algo interesante que contarme… Hoy en especial, parecía la escena sacada de una película de miedo. Solo faltaba que luego, el señor de la serpiente, me matara a mi. Es escalofriante.

¡Eh, eh! Para un segundo… ¿Has dicho una serpiente con el ojo rojo y brillante? Es él, el del cristal, él me ha echo estar aquí. Mamá ves con cuidado por favor, te lo suplico intenta escucharme. Es peligroso, no te vuelvas ha acercarte a él.

  • Bueno cariño, tengo que irme. He quedado con ese señor, me dijo que tenía algo importante para mi y para ti, una cura o algo así. Mañana te lo contaré todo. Un besito.

¡¡Noo!! MAMÁ NO LO HAGAS, NO VAYAS CON ÉL. TE MATARÁ COMO HIZO CONMIGO. ¡¡AHORA LO SÉ!! De repente todo me viene a la cabeza, el escenario, el público, los focos. TODO. De golpe recuerdo todo lo que pasó ese día, recuerdo como ese señor me apuntaba con las radiaciones y, como con un aparato minúsculo, hacía volar todo el edifico. Y comprendo que, el pip que oigo, es el definitivo. Hoy me despertaré, pero ya es demasiado tarde, a ella no la volveré a ver.

El niño que me vigila, hoy por primera vez me sonríe, asiente y desaparece. Es como si me diera permiso para despertar y yo no lo dudo ni un segundo. Lo deseo con todas mis fuerzas. El momento más esperado des de hace tanto tiempo porfín llega. Mi corazón vuelve a latir con normalidad, mis pulmones funcionan y los sentidos vuelven a tener el control de mi cuerpo. Lentamente abro los ojos, miro a mi alrededor y sonrío. Vuelvo a estar vivo de verdad.

pip. pip. pip.pip.pip.pip. pip. pip.pip.pip

Un grupo de médicos llegan corriendo a mi habitación. Vienen a ver el milagro. Están muy contentos, son felices, pero yo aun sigo sin serlo. Ya no se trata solo del papel de una obra de teatro. Esta vez es cierto, la he perdido, se ha acabado.

Sin previo aviso pierdo el sentido, de golpe se hace un silencio en la sala y todos me miran expectantes. Sin saber lo que hago, me incorporó y acabo el papel que dejé incompleto ese día en el teatro:

  • Porqué me quería tanto que dió la vida por mí y yo me quedé, solo aquí.

Estas son mis palabras finales, luego todo se vuelve negro. El pitido desaparece a poco a poco y la veo.¡Veo a mi madre! La persona que quiero más en el mundo está aquí. Esperándome. Corro hacia ella y la abrazo, y así, juntitos, marchamos hacia un lugar mejor.

Ann Rubio Relatos en Español , , , ,

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *