Año 2015

De: ana.eleven@gmail.com

A: pablo.slm@gmail.com

Llevo días buscando y buscando pero no encuentro nada. Todo es muy pesado y confuso y estoy a punto de desistir. Esta mañana me he recorrido todas las iglesias y en ninguna lo he encontrado.

Por favor, ven a ayudarme, te lo agradecería muchísimo.

                                                       Un beso

Ana

De: ana.eleven@gmail.com

A: pablo.slm@gmail.com

¡Si me necesitas voy para allá! Espérame en la estación de autobuses, llegaré a las cuatro. No lo dejes, aguanta, juntos lo encontraremos. Te lo prometo.

Muchos besos

Pablo

Cuando recibo una respuesta tan positiva e inmediata a mi desesperado correo, sé que he acertado al pedir ayuda. No estoy muy acostumbrada a hacerlo, pero esta vez he hecho lo correcto, estoy segura. Rapidamente preparo un dossier con toda la información que tengo y me dispongo a salir de casa cuando, oigo un ruido en el piso de arriba. Pongo atención y lentamente subo las escaleras. Al llegar arriba tropiezo con algo pequeño pero duro y pesado, es un cajita de color rojo y negro. La cojo con cuidado y me la meto en el bolso sin pensarlo. Ahora sí, salgo corriendo de casa muerta de miedo y, voy hacia la estación. Aún no he abierto el paquete y, tengo curiosidad, aunque sin Pablo no voy a hacerlo. Ahora, más que nunca, le necesito.

Justo cuando él llega, alguien me empuja y un hombre me quita el paquete. Sin ni siquiera saludar a Pablo, me pongo a correr detrás del ladrón y de reojo veo como mi amigo intenta alcanzarme. Y lo consigue, pero, cuando el ladrón ha desaparecido. No tengo ni idea de donde se ha metido, he cruzado la calle y ya no estaba. Entre los dos inspeccionamos toda la zona detalladamente en busca de algún rastro. Por suerte cuando empiezo a pensar que todo ha sido un producto de mi imaginación, la suerte nos sonríe.  Pablo ha encontrado una baldosa suelta que esconde una trampilla a medio cerrar. Nuestro hombre ha bajado por aquí y nosotros hacemos lo mismo.  

Al llegar abajo todo está muy oscuro, pero gracias a dios que, los dos llevamos el mobil e iluminamos el lugar donde nos encontramos. Es una sala pequeñita, con una silla y una puerta abierta. Mientras analizamos nuestras opciones, alguien cierra la trampilla. Entonces nos damos cuenta, ¿y si es todo una trampa?

Como no tenemos otra salida, cruzamos la puerta y seguimos el pasillo hasta que llegamos a una extraña habitación. Todas las paredes, incluido el suelo, están cubiertas de símbolos. Los, dos, que sabemos mucho de simbología, no tardamos en descifrar lo que significan y no nos gusta nada. Los mensajes nos anuncian una muerte aterradora y sin escapatoria. Le cojo la mano a Pablo, le quiero y me acabo de dar cuenta ahora, a su lado me siento más segura. Aunque vayamos a morir, vivir mi último día a su lado es lo mejor que  me ha pasado.

Mis ojos pasean por la sala intranquilos, estoy nerviosa y no sé qué va a pasar a continuación. De pronto, mi mirada se posa en una caja. ¡Es el paquete que andábamos buscando! Lo cojo con mucha delicadeza y entre Pablo y yo lo inspeccionamos. Nos aseguramos de que no sea peligroso pero lo es más de lo que nos pensábamos. Lo corroboran los muchos espíritus malignos que nos rodean amenazadoramente. Entonces lo entiendo, está todo relacionado. El mosaico del suelo, con las iniciales LCFR, que estamos pisando, el ladrón, las inscripciones, las paredes y la caja, Esa caja contiene la clave para despertar a Lucifer y traerlo a la Tierra des del infierno y nosotros somos los cuerpos que van a sacrificar para conseguirlo.

Aprieto bien fuerte la mano de Pablo y aunque sé que no debería, abro la caja. Es mi única opción y puede que haya una solución. Los espíritus empiezan a reír pero, yo me siento bien. No voy a dejar que lo escrito se cumpla. Si muero, lo haré feliz. Me acerco a Pablo y le beso. Le doy uno de esos besos que te cambian la vida para siempre. Un beso desde el corazón. Él me corresponde y mientras esperamos la muerte disfrutamos de nuestras vidas.

Inesperadamente, el suelo se rompe y caemos por un agujero. Vamos a parar a una sala preciosa con un gran tesoro. En la pared hay un poema que nos devuelve a los dos la vida que creíamos haber perdido. ¡Estamos salvados! La maldición de la caja que sirve para invocar a Lucifer no se ha podido completar. El símbolo que estaba camuflado, en el mosaico, nos ha salvado. Además hemos encontrado lo que andábamos buscando, el gran tesoro de los templarios. Es maravilloso, alucinante y misterioso. Hay libros que describen toda su historia. Objetos antiguos que nos pueden enseñar más de nuestro pasado y otros que valen más que las joyas de la corona. Pero, el tesoro más importante que hemos encontrado, es algo que compartimos sólo los dos, nuestro AMOR.

Fin

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *