Nos pasamos la vida intentando encajar entre gente que no nos quiere y no nos damos cuenta que el problema son los de dentro. Los que tienen la llave de tu corazón son los únicos que te pueden hacer daño.Nos cerramos para los que no nos conocen y nos abrimos a los que nos importan para luego sufrir.
Seguro que es más fácil ser feliz en un lugar donde nadie te conoce y puedes formar una nueva idea de ti. Eso me gustaría, empezar de cero, sin etiquetas ya puestas y sin ninguna experiencia vergonzosa que te acompaña toda la vida. Sería perfecto, cuantas miradas, “risitas” y comentarios nos ahorraríamos.
Decimos que hemos cambiado y nos negamos ha aceptar que los demás también, una vez te han clasificado, no puedes cambiar, es algo inaudito, como en la edad media ya veis como hemos evolucionado. En esa época por lo menos la razón era la familia, el nacimiento… En nuestro caso, todo depende de las compañías, de tus actos, de tus aficiones… Son un montón de cosas que nos condicionan y nos obligan a vivir de una manera determinada. Ojala fuera diferente.
Y la verdad es que podría serlo, si nos atrevemos a romper las normas, y fuéramos las normas, nada sería igual. Pero eso cuesta y luchar sola no mola. Por eso os pido que luchemos todos juntos.