¡Buenas corazones!
Hoy, tengo una propuesta para tod@s vosotr@s, especialmente para aquell@s que tengáis o queráis desarrollar vuestra imaginación; se trata de un juego muy sencillo de creación de historias para el cual solo necesitáis un papel en blanco y un bolígrafo.
¿El objetivo? – Reír, soltarse, divertirse, liberar miedos, escribir locuras, entrelazar lazos, aumentar la confianza…
¿Cómo? – Mediante la creación de vuestra propia historia, totalmente única y personalizada.
Es muy sencillo, en parejas o en grupo se elige una temática que ha de unificar el relato, una vez escogido el tema, empieza el primero a escribir y comienza con una frase, un par o un párrafo (según lo que en equipo decidáis). Seguidamente, el primer escritor dobla el papel ocultando la historia en el dorso y se lo pasa el siguiente. Este repite la acción y así sucesivamente hasta que escribís el punto final.
El resultado es de lo más sorprendente y divertido, es muy entretenido leerlo en voz alta con el grupo para poder disfrutar de vuestro arte juntos; observaréis los distintos estilos y maneras de ser y, seguramente, aprenderéis o descubriréis inquietudes de aquellos que os rodean. Finalmente, para darlo por concluido, podéis pasarlo a limpio y retocar aquellas expresiones mal redactadas o añadir conectores.
Aquí os dejo un par de historietas que he escrito con mis amigos en el instituto con quienes he compartido un tiempo maravilloso.
Botas y amores
Bonitas botas.
Llevo toda la mañana pensando en él; en su sonrisa, en su mirada y en sus palabras. Sigo sin poder creerlo, ¡le gustan mis botas! ¿Querrá decir algo este cumplido? No lo sé, pero mi imaginación ya ha inventado nuestra historia de final feliz. ¿Se la estará imaginando él también? Ay… que bonito es el mundo esta mañana, le gustan mis botas y lo tengo a tan solo tres metros de mi. Me gustaría tanto que se acercara… Espera, se mueve, parece que empieza a andar. ¿¡Que está haciendo!? Se está acercando. No, no puede ser, ¡se acerca! Y, ¿es a mi a quién mira? ¿¡Es a mi!?
Me agarra y me pega. Pierdo el conocimiento.
Despierto en un edificio abandonado, no recuerdo nada de lo que ha pasado. Me duele el corazón con tan solo recordar a Pedro. ¿Que pensará ahora de mi?
La verdad es que me da igual lo que piense. Bueno, lo que piense él y todos los demás, ya no es solo él quien mira. Parece ser que ahora es parte del lado oscuro, Pedro, mi mejor amigo, me ha traicionado, igual que todos los demás. Daría todo lo que fuera por gritar y decirles a todos lo que pienso, pero solo hay silencio y tensión.
“¡Eh, tú!” – Grita alguien. Lo busco entre la gente. – “Acércate. Dame la bolsa”. – Yo niego con la cabeza, empiezo a correr, pero los demás me sujetan y me la arrancan de las manos.
No puedo pensar, no puedo correr. El mundo gira sin parar, sin pausa, sin límite. Quiero morir. Me despierto.
El sol brilla y es diecisiete de enero. Me siento positiva y me gusta vivir. Tengo una cita con él, me he asegurado de que Pedro sigue siendo mi amigo y he desayunado mi plato favorito, plátano con nutella. Ando distraída pensando en lo maravilloso que es el mundo y supongo que por esta razón no presto atención al paisaje hasta que ya es demasiado tarde. Árboles secos y caídos, basuras del revés con ratas muertas de hambre correteando a su alrededor, casas que se caen a pedazos. Ando sin darme cuenta a donde me dirijo, me guía el sol y mis pies inteligentes. Sin darme cuenta, olvidando mi pesadilla, me paro enfrente de un edificio en el que juraría haber estado, si no es despierta, en sueños.
Me encuentro en una pequeña cabaña que me resulta vagamente familiar, inspecciono el lugar. ¡No me lo puedo creer! Mis instintos me han traído al lugar donde me crié. ¿Habrá alguien dentro? Grito los nombres de mis padres, nada; llamo a la puerta, nadie contesta. Cojo una piedra y rompo el cristal de la ventana. Entro, pero la oscuridad me impide ver nada.
Ando a tientas por la habitación. Recuerdo a la perfección donde estaba colocado cada mueble, todas y cada una de las experiencias que viví en esta casa; todas las pesadillas que sufrí en esta maldita cada. Suspiro. Los recuerdos me invaden la mente, duele; no puedo soportarlo. Nunca pensé que volvería, nunca imaginé que, ocho años más tarde, volvería al lugar en el que sucedió, a la casa en que, con tan solo nueve años, me violaron. No puedo más, duele; duele demasiado.
Hoy diecisiete de enero, al mismo tiempo que se pone el sol, me desmayo.
Joc de dracs
El dia decisiu havia començat; dos elegits i una escata platejada.
Només podia haver-hi un guanyador o guanyadora i l’ambient s’estava posant tens. En Droncatost era de l’espècie més recolzada pel públic, tothom l’animava; el pobre Treast, membre dels Santromiskus, no tenia gaires esperances.
Sona el xiulet, en Droncatost alçà el vol i atacà de sobte a Treast que caigué sobre una roca perforant-se una ala. El danyat intentà moure’s i batent les ales provà d’escapar, malauradament, tot fou inútil ja que en Droncatost no va trigar gaire en tornar a arremetre contra ell amb aires de superioritat. Tot i això, com la vida mateixa que, quan menys t’ho esperes, et somriu, el petit drac negre va aconseguir sortir d’aquell petit forat on havia quedat empresonat. S’enlairà, ales obertes de bat a bat, musell altiu i ulls plens de joia. Per primer cop en la seva existència, en Treast era lliure, ara bé, que havia de fer amb la seva llibertat?
Travessà el cel i acaricià els núvols. No sabia on aniria, confiava en ell mateix, el seu instint ja sabria on dur-lo. Respirà profundament per primer cop l’aire pur de les muntanyes. Volava tranquil, planejant, no ho sabia encara, però portava una persona agafada a les seves escates.
Treast continuà volant, però, en travessar l’última capa de núvols i quedar-se suspès sobre aquell mantell de cotó, un fort dolor esclatà en algun punt imprecís del seu clatell. El misteriós viatger li havia mig arrencat la seva escata platejada desconeixent que la seva vida estava lligada a ella; ja no serien mai amics. Tots dos es precipitaren cap avall.
Els dos personatges s’aproparen als últims minuts de les seves vides; en uns segons, els dos vegueren passar tots els anys i moments memorables: les batalles, les converses, els riures, les plors… No podien acabar una vida tant lluminosa d’aquella manera, Treast amb un sentiment de fúria intens dins del cor i l’humà dessolat per la seva ignorància. Treast i el seu company, es desitjaren sort i es perdonaren tots els erros comesos durant els anys amb una forta abraçada. Feliços i satisfets amb les seves decisions es preparen per a morir a l’acabar la caiguda.
Deu anys més tard, comença avui, una nova edició del concurs; els participants nerviosos esperen el moment en que el Droncatost, capturat anys enrere, encendrà la flama. Els nervis a flor de pell, les pors ben amagades… Seran capaços d’arribar al final? Ningú ho sap, ni tan sols el nostre amic Treast que quan es trobà cara a cara amb la mort, entregà al seu company humà per salvar-se i que, com a càstig, es convertí en el plat de macarrons que avui el públic, juntament amb els concursants, degustarà.
Dos elegits i una escata platejada, la competició acaba de començar.
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