” Esta mañana me he despertado en un lugar muy oscuro, no veía nada, no oía nada y tampoco sentía nada. Era un lugar tenebroso que no me gustaba ni un pelo y por eso he intentado escapar. No debería haberlo echo. “

Aplausos y más aplausos… Toda la sala estalla ante el asombroso final con el que nuestro escrito favorito finaliza una maravillosa novela plena de intriga y suspense. Yo, personalmente, estoy conmocionada. Después de oír el final me he quedado en shock y así sigo. Damon Faunders ha relatado, con más detalle y exactitud que nadie en el mundo, la pesadilla que noche tras noche me visita. Es algo asombroso que me pone la piel de gallina. Miro a mi alrededor, nadie se ha dado cuenta de mi extraña actitud, todo los presentes aplauden a rabiar, ovacionando al autor. Bueno, todos no. Si paro atención, puedo observar que hay cinco personas más que se han quedado bocabiertas como yo. Cinco, más yo y Damon, siete personas que posiblemente conocemos la misma historia, siete personas que recibimos el mismo mensaje todos los días a medianoche y por eso estamos sin palabras ante esa revelación tan nuestra.

De repente noto una sensación escalofriante en el cogote, alguien me está mirando. Más bien analizando todo mi ser, y no me gusta nada. Me giro lentamente y ahí está mi espía. Es uno de los siete. Me mira fijamente con esos ojazos verdes que tiene y tengo la sensación de que está dentro de mi mente. Me suena de algo pero no logro situarlo entre mis conocidos. Sé que algo muy fuerte nos une pero no entiendo el que. Él sigue mirandome fijamente y a poco a poco me doy cuenta de que no es él único. Los otros cinco también tienen su mirada puesta en mi, incluso Damon de quien todo el mundo quiere su atención. Y entonces lo veo, un pequeño símbulo en la frente de cada uno, una mariquita dorada con siete puntitos en su caparazón.

….CONTINUARÁ….

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